Una conspiración necesaria

22 de Enero de 2018

[Por: Sofía Chipana Quispe]




Desde mi caminar itinerante, evoco muchas voces que me habitan y resuenan cuando se conectan con palabras, presencias, sueños, esperanzas, luchas. Mientras atravieso por las calles de algunas ciudades de Bolivia, las marchas y protestas las convulsionan. En tanto me dispongo a caminar para llegar a los encuentros previstos, tengo la oportunidad de encontrarme con mujeres y hombres con las/os que comparto pedacitos de vida, y viene a mí, las palabras de Mario Benedetti que una vez leí en un grafiti: “de eso se trata, de coincidir con gente que te haga ver cosas que tú no ves. Que te enseñen a mirar con otros ojos”.  

 

Definitivamente que hay encuentros que ayudan a mirar con otros ojos; ya que en medio de la violencia interna que producen las manifestaciones públicas de las marchas, veo a mujeres jóvenes sentadas en el piso con cajitas pequeñas que dicen, soy de Beni y requiero su apoyo por las inundaciones. Beni es parte de los territorios de la Amazonia de Bolivia que al igual que los otros territorios amazónicos en los tiempos de lluvia sufre la crecida de sus ríos caudalosos y múltiples riachuelos, que producen inundaciones, se trata de territorios indómitos, donde se precisa otros modos de relacionarse con esa fuerza a fin de habitarla. Sin embargo, la violencia desmedida del poder colonizador no la dejó fuera de su codicia y ambición, lo que produjo una serie de resistencias simbólicas, como la tan anhelada ‘tierra sin males’, que algunos ancianos rememoran, como la búsqueda de un territorio lejos de la violencia del caucho, de las haciendas y sus bueyes que valían más que los antiguos dueños de esos territorios.  

 

Los que vivieron esa experiencia comparten que se trataba de un anhelo profundo que ayudaba a resistir la violencia del garrote y del trabajo forzado, y que no dudaron en adentrarse en el corazón de la Amazonia del que muchos no retornaron. Desde estas tierras de las anacondas, bufeos (delfines rosados), los espíritus del bosque y la gran biodiversidad de la vida que habitan en esos territorios, me conecto con esos trayectos de la amazonia que se vinculan por medio de los ríos que recorren como serpientes doradas que se abren camino en medio de los árboles sagrados, para llegar al territorio de lo que hoy se conoce como Madre de Dios, territorio que es parte de  la triple y forzada frontera: Brasil, Perú y Bolivia, donde estos días no pasa desapercibido la presencia de Francisco, el guía de la iglesia católica, pues tiene su reconocimiento por representar a una institución que con sus claro oscuros tiene aún una fuerte predominancia en las prácticas religiosas de los diversos territorios de Amazónicos-Andinos.  

 

Desde la coyuntura actual, su proximidad a los pueblos ancestrales es muy significativa, por todo lo que implica las políticas extractivistas que no son capaces de reconocer la dignidad de los pueblos ancestrales y sus territorios; de manera particular la de los territorios de toda la Amazonia en la que habitan la mayor parte de comunidades o  pueblos ancestrales de nuestros territorios, y que algunos se asumen como comunidades en “aislamiento voluntario”, a fin de mantener su identidad, ya que nuestros Estados en sus afanes desarrollistas, promueven sistemas “civilizatorios” occidentales a través de la educación, sin respetar esos otros modos de ser. Sin duda que se trata de territorios vulnerados y avasalladas por la presencia de empresas mineras, petroleras, de gas, hidroeléctricas, agroforestales,  madereras, que día a día atentan la belleza de la biodiversidad, y del cuerpo de mujeres, desde la trata y tráfico jóvenes, niños/as, que se mercantilizaron como objetos de consumo, muy vinculados al gran tráfico de la droga. 

 

Con todo, me pregunto, sobre la repercusión que tiene en la iglesia católica, o cuán consciente sea esa iglesia protocolar que está preocupada de cuidar las formas, que su representante busque encuentros significativos en la periferia de los territorios que recorre, de esos pueblos que no fueron contados para la estructuración de los países, por considerarlos como “residuos históricos”, y retrasar el tan anhelado “desarrollo”, y para las diversas iglesias cristianas aún son poblaciones a las que hay que evangelizar. Aún estamos muy lejos de hacer caminos interculturales que nos permitan verlos como seres dignos de respeto, poseedores de sabidurías y espiritualidades. No obstante, para los diversos representantes convocados de los diversos pueblos la presencia del líder de la iglesia católica es significativa, pues se le reconoce su autoridad, como la que se reconoce a los diversos líderes de los pueblos, al que se le ofrece las palabras y al que piden una conspiración necesaria con sus luchas, pues saben que no es cualquier líder. 

 

Sin embargo, me temo mucho que los fieles de la iglesia católica, se queden en la figura de Francisco como un ser casi mágico que va producir algún “milagrito” en su recorrido, de todos modos esperemos que provoque el gran milagro de un caminar cristiano que se compromete a reguardar la vida en plenitud y ser anuncio de Buenas Noticias, pues no siempre ha sido así, como lo denunciaban algunas autoridades de los pueblos “indígenas” en Perú, en la visita de Juan Pablo II, cuando tuvieron la osadía de devolverle la Biblia, porque más que vida, había generado muerte. 

 

Si bien los pueblos de nuestro gran pulmón, como es la amazonia, son considerados como  vulnerables, sin embargo, reconocemos su gran valor para permitirnos ver con otros ojos. Hace unos días en una entrevista me preguntaban qué tenían en común los territorios de la Amazonia y la Patagonia que Francisco visitará, a lo que respondí, que son territorios de pueblos en resistencia, en la que el territorio y la territorialidad son importantes, y no tanto una parcela de tierra privada. Definitivamente que las comunidades Mapuches separadas por las fronteras enfrentan una serie de criminalizaciones por la lucha de sus territorios tanto en la Patagonia Chilena como en la Argentina, en la que cada vez su seguridad se ve amenazada, pero siguen resistiendo desde el vínculo profundo de la convocación de la ceremonia sagrada del Guillatun que fortalece su identidad y sus luchas con la guía de sus ancestras/os. 

 

Por otra parte no podemos obviar el gran aporte de los pueblos de la amazonia de Bolivia y Perú, ya que en los procesos de memorias y resistencias hacia los años 90s., los pueblos considerados de tierras bajas en Bolivia remecieron nuestras consciencias cuando llegaron tras una larga caminata a la que denominaron, la marcha por la tierra, territorio y dignidad, en la que demandaban un proceso constituyente, a fin de cambiar la Constitución Política del Estado, a su vez,  sus planteamiento sobre tierra y territorio cuestionaron los límites de la “reforma agraria” que se había iniciado en el año de 1952.

 

Y en Perú, el 2009 se levantaron los pueblos de la amazonia, a lo que se conoce como la masacre de Bagua o el “baguaso”, en protesta a diversos decretos suscritos que el gobierno de Alán García promovió a fin de ejecutar del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y que afectaba en gran medida a sus territorios, resistencia que fue catalogada como ideologías absurdas del primitivismo, animismo y panteísmo, que no permitían el desarrollo. Aunque se hizo esas catalogaciones que en parte responde a las cosmovisiones de los pueblos, lo que se rescata es que los pueblos organizados, exigieron que se respete los convenios establecidos según la OIT 169 y los Derechos de los pueblos indígenas promulgados por la ONU, en los que se plantea las consultas previas en lo que concierne a los territorios habitados por comunidades indígenas, lo que despertó la consciencia de identidad, ya que muchos pueblos ancestrales fueron catalogados como comunidades campesinas, lo que vulneraba todos su derechos, así que su lucha reivindicó el sentido la adscripción de lo “indígena” como la lucha colectiva en los diversos territorios de Perú. 

 

Deseamos de todo corazón que la visita de Francisco a estos territorios, sea para pactar conspiraciones necesarias a fin de que las luchas de los pueblos se visibilicen en los diversos espacios de nuestro cosmos y que se promueva el despertar de la conciencia cósmica que nos ubica como un hilo dentro de la red de la vida, y que cualquier cosa que le hagamos a la red, nos lo hacemos a nosotras/os mismas/os. 

 

 

Imagen: http://pxb.cdn.elchubut.com.ar/chubut/012018/1516383928938.jpg 

Procesar Pago
Compartir

debugger
0
0

CONTACTO

©2017 Amerindia - Todos los derechos reservados.