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“Mientras haya pobres, habrá Teología de la Liberación.” Quien sea, en América Latina, que haya acuñado esta famosa frase, los últimos cuarenta años han demostrado que es verdad. Dondequiera que aparecían nuevas formas de pobreza o la pobreza se describía de nuevas maneras, también surgían nuevas teologías de la liberación. Algo diferente sucedió con la recepción de la Teología de la Liberación en Europa. Después del hiperinterés que rodeaba la Teología de la Liberación en la década de los ochenta, en Europa pronto el ambiente a su alrededor se volvió tranquilo. Erróneamente, como fue señalado repetidamente. Mientras en América Latina, la Teología de la Liberación no solo permaneció viva y actualizada, y siguió desarrollándose, volviéndose más diferenciada, más creativa, ecuménica y laica, en Europa, la gente comenzó a quejarse de una supuesta nostalgia en aquellos que trataban de mantenerse al día con la Teología de la Liberación… (Tomado de la Presentación de Stefan Silber)

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