De teología y otras cosas: coherencia radical de Ignacio Ellacuría, SJ

13 de Enero de 2018

[Por: Juan Manuel Hurtado López]




Cuando uno lee un poco el pensamiento de Ignacio Ellacuría1, sacerdote jesuita asesinado junto con otros sacerdotes jesuitas y dos mujeres que prestaban su servicio en la UCA de El Salvador en 1989, queda admirado de su coherencia. Una coherencia intelectual, humana, afectiva, creyente y profética llevada hasta sus últimas consecuencias.

 

Ellacuría fue uno de esos hombres que escarbaron profundo en la realidad, en el pensamiento, en la fe, en las Sagradas Escrituras, no guardándose nada de esfuerzo, no ahorrándose ninguna pregunta, no buscando subterfugios especulativos ni buscando calmantes para la exigencia del intelecto y de la fe. Supo caminar con valentía hasta el fondo de las cosas.

 

Él dirá que la persona de Mons. Romero fue la luz que lo guió en su fe y en su compromiso. Pero también, a nivel filosófico, lo guió el pensamiento de su excelente maestro Xavier Zubiri. Con estos dos andamios fue construyendo Ellacuría su edificio teológico y filosófico.

 

Conceptos claves en la obra de Ellacuría son realidad, historia, Jesús de Nazareth, Reinado de Dios, opción por los pobres, trascendencia histórica y liberación. Son como las vigas maestras que sostienen el edificio. Ellacuría quiere “bajar a los crucificados de la cruz”, que no lo sean más, que sean liberados. Pero el primer paso es hacerse cargo de la realidad. Unas frases de Zubiri sobre lo que él entiende por realidad, nos ofrecen la magnitud de lo que luego Ellacuría asume por realidad.

 

“La persona no sólo vive en la realidad, sino que el hombre vive también por la realidad”2. “La persona no está simplemente vinculada a las cosas sino que está constitutiva y formalmente religada al poder de lo real”3. “La realidad es aquello en que no sólo de  hecho sino de una manera constitutiva, es decir, esencial, se apoya el hombre para ser lo que realmente es, para ser persona”4.

 

Asumir la realidad en El Salvador en los años 80 es enfrentarse a una realidad crucificada, con pobreza y violencia, con desigualdad y corrupción del poder, con muertes injustas a diario. Según esta concepción de realidad asumida por Ellacuría, en el Salvador no se podía simplemente estar, vivir como un ente separado de lo que ahí acontecía. Sino que la realidad iba mucho más allá, realidad es la historia de lo que ahí pasaba, es la historia del sufrimiento de los pobres, de la violencia y de la muerte que a diario campeaban por doquier. La persona –y en concreto el cristiano– no se podían definir ni entender como tales sino sólo como esencialmente vinculados al acontecer, a la realidad. Ser persona, ser cristiano en El Salvador es ser persona pero como parte del acontecer, parte de lo real. Y lo más real es lo que acontece en la realidad, la historia.

 

Ahora, otra vertiente fundamental del pensamiento de Ellacuría es la fe cristiana. ¿Pero cómo hablar de fe en un Dios sin darle la espalda a la realidad de la que formó parte de manera inextricable, es más, de manera esencial, como formula Zubiri y asume Ellacuría? ¿Cómo hablar de salvación en una realidad histórica de violencia y violación sistemática de los derechos humanos, en una realidad de miseria y dolor? 

 

Ellacuría va a hablar de trascendencia histórica cristiana5. Lo primero, no hay dos historias: una sagrada y otra profana, como ya lo habían demostrado teólogos de la talla de Karl Rahner. Hay una sola historia y en ella colaboran Dios y el hombre. ¿Pero cómo hablar entonces de salvación en esa única historia? ¿Cómo no abandonar lo real? 

 

Lo primero es estar en la historia, hacerse cargo de la realidad. Aquí ser y estar se unifican, como ya vimos.  Y luego, Ellacuría habla de trascender en la historia, no de la historia. La trascendencia –y por lo tanto la salvación– no es algo que ocurre fuera de la historia, sino en la historia. Se da una profundización en lo que acontece y ahí se encuentra el don de Dios, el don de la salvación. Fue lo que ocurrió en el Éxodo, en los profetas. Ahí queda englobado lo que Dios hizo en la creación, lo que Dios hizo por la humanidad, lo que Dios quiere que acontezca. Esto requiere un discernimiento cristiano. Por esto el primer paso de la teología de la liberación es “estar en la historia” y el segundo es el discernir lo que está llamado a alcanzar plenitud pero que ya está en germen en la realidad

 

La categoría teológica Reino de Dios –o mejor, Reinado de Dios–  le va a dar a Ellacuría la herramienta y la posibilidad para hablar de trascendencia histórica. Ellacuría va a decir que el Reinado de Dios es “una acción permanente sobre la realidad histórica”, es la “acción de Dios en los hombres y en las relaciones humanas”6. Jesús de Nazareth es el mejor ejemplo de trascendencia histórica, es la forma como actúa Dios en la historia.

 

Creo que estas reflexiones que hemos seguido de la mano de Ignacio Ellacuría, nos pueden orientar mucho sobre la tarea que tenemos de hacernos cargo de la realidad en este inicio del siglo XXI tan lleno de desafíos. Como decía Ellacuría, “reflectir para sacar provecho”.

 

Citas

 

ELLACURÍA, Ignacio (1990), Historicidad de la salvación cristiana, en Ellacuría, Ignacio y Jon Sobrino (eds) Mysterium Liberationis. Conceptos fundamentales de la teología de la liberación. El Salvador. UCA Editores; Id., Hacia una fundamentación filosófica del método teológico latinoamericano, en LC -609-635; HERNÁNDEZ AVENDAÑO, José Luis, CARIÑO CEPEDA, Galilea (Coordinadores), El Rector Mártir. Los legados de Ignacio Ellacuría para encargarse de la realidad. UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA PUEBLA. Instituto de Derechos Humanos “Ignacio Ellacuría, S. J.” 2015. 

2 ZUBIRI, Xavier, El hombre y Dios. ALIANZA EDITORIAL, 5ª. Edción. Madrid 1994, Pág. 83

3 Ibid.: 93

4 Ibíd. : 82

5 ORTÍZ COTTE, Jesús Alejandro, Trascendencia histórica cristiana. El aporte fundacional de Ignacio Ellacuría a la Teología de la Liberación en: HERNÁNDEZ AVENDAÑO, José Luis, CARIÑO CEPEDA, Galilea (Coordinadores), o.c. págs. 99-117.

6 Citado por ORTÍZ COTTE, Jesús Alejandro, Trascendencia histórica cristiana. El aporte fundacional de Ignacio Ellacuría a la Teología de la Liberación en: HERNÁNDEZ AVENDAÑO, José Luis, CARIÑO CEPEDA, Galilea (Coordinadores), o.c. pág. 105.

 

 

 

Imagen: https://www.iteso.mx/image/journal/article?img_id=6952862&t=1487875315292 

 

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