[Por: Marcelo Barros]

Por todos los recantos de América Latina y Caribe, el día 06 de enero y el domingo que le sigue son la fiesta que la cultura popular llama “los reyes magos”. 

Aunque sea una narración simbólica, hasta hoy, las figuras míticas de los magos aparecen en  las representaciones de Navidad y encantan el imaginario de la gente. Talvez esa simpatía venga del hecho que viajar en busqueda del misterio es vocación de todo ser humano. Los magos nos representan a todos nosotros en el caminar de la vida. 

Actualmente, el viaje de los magos sería impossible. Los magos no podrían pasar por el muro que separa el Estado de Israel del territorio de los palestinos. En los más diversos continentes, otros 18 muros separan las fronteras e impiden el paso de migrantes y refugiados al primer mundo. Esos muros altos y agresivos son símbolos del odio al extranjero y de la discriminación del que es diferente. 

En su mensaje para el año nuevo, el papa Francisco repite que los 250 millones de migrantes y refugiados están buscando la paz y vida digna, derecho de todos los seres humanos. Eso significa que ellos son como nuevos magos en busca de su Belén, presebre de salvación. Los actuales propietarios del mundo siguen actuando como Herodes. No mandan matar. Dejan que mueran y hacen leyes que impiden a las personas de bien acoger a los migrantes y refugiados. 

El evangelio de Mateo revela que Jesús nació en una perifería del imperio y acogió a los magos, venidos de otros países y de otras tradiciones espirituales. Como heticheros o sacerdotes de religiones tradicionales del Oriente, aquellos peregrinos simbolizan la diversidad religiosa y la validez de los más diversos caminos espirituales.  Según el evangelio, los jefes de la región judaica interpretan correctamente la Biblia, pero acaban por colaborar con el proyecto asesino de Herodes. Al contrario, los magos, venidos de lejos seguindo una estrella, reconocen la presencia divina en el niño pobre, nacido en Belén.

Al recordar esta tradición evangélica, es importaante que estemos siempre abiertos a la pluralidad cultural y religiosa del mundo. En memoria de los magos antiguos, seamos solidarios con todos los migrantes y refugiados de hoy en su camino por más vida. Los magos fueran conducidos por una estrella. Es bueno poder redescubrir siempre las estrellas que nos ayudan, hoy, a rehacer nuestra búsqueda interior y sentirnos comprometidos en el camino de la renovación de la vida. Entonces, como dice el evangelio sobre los magos: “al ver la estrella que los guiaba, los magos se han llenado de una gran alegría” (Mt 2, 10). 

Imagen: https://desertpeace.files.wordpress.com/2009/12/polyp_cartoon_palestine_wall_xmas.jpg