07 de Diciembre de 2017
[Por: Eduardo de la Serna]
En un esquema de “encargo de misión” un enviado de Dios se dirige a María para anunciarle el nacimiento y la misión del hijo por venir. Llena del espíritu de Dios –algo habitual ante un encargo divino– María acepta la propuesta del ángel. Esta aceptación es la que da razón a la elección eterna manifestada en su concepción inmaculada…
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