Jóvenes y liberación

25 de Octubre de 2017

[Por: Emerson Sbardelotti | Texto en español y portugués]




El escenario de la Iglesia todavía no es de los mejores, pero las señales dadas por el Papa Francisco, inaugurando una nueva primavera en la Iglesia, nos impulsa a traer a tono esta saludable discusión sobre los/las  jóvenes y la Liberación. 

 

El objetivo es presentar y explicar la Teología de la Liberación (TdL) para jóvenes que no la conocen, a pesar de que ya tiene más de 45 años de existencia, y ser una de las más importantes teologías de la Iglesia Católica Apostólica Romana, principalmente en América Latina y el Caribe. 

 

El término joven se refiere a las personas de edad comprendida aproximadamente entre los 16 y 29 años1. Para la UNESCO es considerado el grupo etario de 15 a 24 años. Para efectos de políticas públicas, la edad adoptada en el Brasil va de los 15 a los 29 años2.

 

La realidad de los/las jóvenes hoy en el Brasil y también en América Latina y el Caribe, pasa por sufrir innumerables violencias y exterminio diario de ¡centenas de jóvenes! Es una visión desoladora, pero no podemos evitarla. 

 

Los/las jóvenes se tornaron estadísticas, pues, no hay políticas públicas suficientes que garanticen su supervivencia, ni voluntad política de los gobiernos y cámaras legislativas para que esta guerra disfrazada acabe. Sumados a esta vergüenza están: el hambre, el desempleo,  las enfermedades incurables, una educación desfasada, un sistema de salud débil, reforma urbana y agraria que nuca suceden, el abandono, el individualismo, la depresión, los celos, la envidia, la falta de diálogo y la falta de respeto.

 

La TdL es una teología de la Iglesia Católica Apostólica Romana y nada ni nadie -aunque pase toda su vida intentándolo- harán con que la misma muera o desaparezca.  Ella está ahí, no es tan nombrada como en décadas anteriores, pero está muy viva y debe ser estudiada pues no es estática, evoluciona. Hoy hay varias Teologías de la Liberación: Femenina/Feminista, Teología de la Liberación Negra, Teología de la Liberación Indígena, Teología de la Liberación Asiática, Ecoteología de la Liberación, etc. 

 

Hay todo un camino recorrido hasta llegar a la TdL de hecho.

 

Ella es heredera de la pedagogía y de la práctica libertadora de Jesús de Nazaret, principalmente en su radical y evangélica Opción por los Pobres. Si quisiéramos ir más hondo: es fruto de la misericordia divina en ver, oír y bajar para salvar a su pueblo, como está dicho en Éxodo 3 y los Evangelios. Ésta es una gran verdad. 

 

La TdL nunca fue marxista, como dicen algunos sectores reaccionarios dentro de la Iglesia. ¡El mismo Karl Marx nunca fue marxista!

 

Se afirma que la TdL se basa o se inspira en el marxismo. Algunas páginas en las redes sociales divulgan artículos sobre la TdL y fotos de sus teólogos y teólogas mezclados con figuras de Marx, del Che Guevara y con diablos medievales. Dicen que la TdL promueve la lucha de clases y la legitimidad de la violencia, y el declive de la Iglesia en las últimas décadas. Algunas páginas sin ningún respeto por la historia de esos seres humanos, extrapolan, llamándolos herejes, excomulgados, destructores de la sana doctrina. Se olvidan que pensar diferente no significa no amar. 

 

¡Todo eso es un mito! Por eso es preciso afirmar que no es absolutamente el marxismo el motor; la base de inspiración de la TdL es fundamentalmente la fe cristiana. Es el Evangelio el calificador determinante de la TdL. Como debe ser el de toda teología de la Iglesia. Es el Evangelio su corazón. 

 

El marxismo es una cuestión segunda y periférica. Cuando es asumido es para ser instrumentalizado, como hacen los papas, los obispos, los padres y muchos científicos sociales y de las religiones, para analizar la realidad en la que viven y actúan. Por tanto, es la fe que asimila elementos del marxismo y no lo contrario. Y lo hace a partir de la realidad única de los pobres, transformándolos profundamente, sin tratarse de marxismo, pero simplemente de entendimiento crítico de la realidad, con serenidad y cautela evangélica. 

 

El Consejo Episcopal Latinoamericano3 percibiendo la realidad juvenil en América Latina y el Caribe, y también en Brasil, afirma que 

 

mirar la realidad que se vive en América Latina y el Caribe, y que impregna en los jóvenes, es una tarea cada vez más compleja y que puede tornarse injusta cuando se parte de una perspectiva únicamente de orden social, económica, cultural, religiosa o política, y no de su integralidad. Al mismo tiempo, eso nos hace sentir una gran duda delante de un futuro incierto y delante de una nueva sociedad que vive alejada de Dios. Somos invitados, por tanto, a volver nuestros ojos a Jesús, que es Maestro, que siempre está en camino; El no espera que el pueblo vaya a su encuentro, sino que él va a su pueblo; los invita a asumir su pedagogía y su metodología, partiendo de la misma vida, con una clara visión de los acontecimientos que se van gestando y con el compromiso evangelizador en relación a los hechos. 

 

Es preciso un proceso metodológico capaz introducirnos en el saber, en el hacer y en el ser cristiano, adaptado a este mundo pluralista. ¡Sin el rostro joven la Iglesia se presentaría desfigurada!

 

La TdL cree y afirma el lugar central de Jesús de Nazaret y no sustituye a Jesús de Nazaret por los pobres, incluso habiendo siendo pobre. El destacó el lugar que ocupan los pobres en la revelación cristiana, pero no los coloca en el lugar de Jesús. Entiende que los pobres no son indispensables. No se puede ser cristiano sin acoger el mensaje que viene de los pobres. De ahí lugar central de los pobres, que no afecta en nada el lugar central de Jesús de Nazaret, por lo contrario lo confirma. 

 

Por detrás de la TdL existe la opción profética y solidaria con la vida. Los/las jóvenes en cuanto categoría sociocultural realizan la construcción de puentes para el entendimiento de diversas características de las realidades en que están insertos. El Papa Francisco4 alerta: “La juventud es la ventana por la cual el futuro entra en el mundo”

 

La vida de los/as jóvenes latinoamericanos/as y caribeños/as continua inquieta e inquietante, necesitando de respeto, diálogo y encuentro. Los/as jóvenes son aceptados/as como un fenómeno emergente, por eso, no se sabe cómo trabajar con ellos/as. Ya pasó la hora de salir de los esquemas establecidos y obsoletos; es preciso adecuar el discurso y la práctica a sus tiempos y ritmos. Es tener abertura de corazón para acogerlos/las y tomarlos/las en serio, para que con sus propias piernas puedan caminar libres y cumplir lo que pide el Papa Francisco: 

 

prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades. No quiero una Iglesia preocupada por ser el centro y que termine clausurada en una maraña de obsesiones y procedimientos5

 

Y que podamos cantar una vez más:

 

Queremos ser jóvenes, liberados, donados,

en la causa de la vida y del amor empeñados,

abiertos, conscientes, bien esclarecidos,

juntar nuestras manos, caminar más unidos.

 

Los jóvenes, tus hermanos, Jesús Señor,

tienen hambre de justicia y amor!

Sustenta su lucha, su vigor,

en la fuerza de tu pan liberador!

 

En nuestra familia, en la comunidad

queremos ser luz para la sociedad,

formando Iglesia, formando tu pueblo

en la fraternidad, en la busca de lo nuevo.

 

Estamos dispuestos –que Dios nos ayude–

a abrirnos espacio para la juventud.

Que ningún joven, sea pues, excluido

de participar, de también ser oído!

 

En las leyes de la Nación, en el trabajo y el estudio,

comunicación, arte, deporte…en todo,

que, sin liviandades, engaño o violencia

Se respete el joven y su conciencia. 

 

Los jóvenes son tuyos! Dales fuerza y ternura!

Sustenta tu pueblo en la lucha tan dura!

Y juntos andemos, en fraternidad,

seamos hermanos, no importa la edad!6

 

[Traducción: Diego Pereira Ríos]

 

Citas

 

1 SÍNODO DOS BISPOS. Os Jovens, a Fé e o Discernimento Vocacional – documento preparatório com questionário anexo, com carta do Papa Francisco aos jovens. São Paulo: Paulinas, 2017, p. 18.

 

2 CNBB. Evangelização da Juventude – desafios e perspectivas pastorais. São Paulo: Paulinas, 2007, p. 23.

 

3 CELAM. Civilização do Amor – Projeto e Missão: orientação para uma Pastoral Juvenil Latino-americana. Brasília: Edições CNBB, 2013.

 

4 FRANCISCO. Palavras do Papa Francisco no Brasil. São Paulo: Paulinas, 2013, p. 18.

 

5 FRANCISCO. Evangelii Gaudium – A Alegria do Evangelho: sobre o anúncio do Evangelho no mundo atual. 5. ed. São Paulo: Paulus/Loyola, 2015, p. 37.

 

 

6 CNBB. Campanha da Fraternidade 1992 – Juventude Caminho Aberto. São Paulo: Salesiana Dom Bosco, 1991, p. 124.

 

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Jovens e libertação

 

O cenário de Igreja ainda não é dos melhores, mas os sinais dados pelo papa Francisco, inaugurando uma nova primavera na Igreja, impulsiona-nos a trazer à tona esta salutar discussão sobre os/as Jovens e a Libertação. 

 

O objetivo é apresentar e explicar a Teologia da Libertação (TdL) para jovens que não a conhecem, apesar dela ter mais de 45 anos de existência, e ser uma das mais importantes teologias da Igreja Católica Apostólica Romana, principalmente na América Latina e Caribe.

 

O termo jovem refere-se às pessoas de idade compreendida aproximadamente entre 16 e 29 anos1. Para a UNESCO é considerado o grupo etário de 15 a 24 anos. Para efeitos de políticas públicas, a idade adotada no Brasil vai dos 15 aos 29 anos2.

 

A realidade dos/as jovens hoje pelo Brasil e também na América Latina e Caribe, é a de sofrer inúmeras violências e do extermínio diário de centenas de jovens! É uma visão desoladora, mas não dá para evitá-la. 

 

Os/as jovens se tornaram estatísticas, pois, não há políticas públicas suficientes que garantam sua sobrevivência, nem vontade política dos governos e câmaras legislativas para que esta guerra disfarçada acabe. Somados a essa vergonha estão: a fome, o desemprego, as doenças incuráveis, uma educação defasada, um sistema de saúde sucateado, reforma urbana e agrária que nunca acontecem, o abandono, a exclusão, a discriminação, a intolerância religiosa, o fanatismo religioso, o individualismo, a depressão, o ciúme, a inveja, a falta de diálogo e o desrespeito.

 

A TdL é uma teologia da Igreja Católica Apostólica Romana e nada nem ninguém, mesmo que passe o resto da vida tentando, fará com que a mesma morra ou desapareça. Ela está aí, não é tão falada como em décadas anteriores, mas está bem viva, e deve ser estudada, pois ela não é estática, ela evolui. Hoje há várias Teologias da Libertação: Teologia da Libertação Juvenil (que estou apresentando), Teologia da Libertação Feminina/Feminista, Teologia da Libertação Negra, Teologia da Libertação Indígena, Teologia da Libertação Asiática, Ecoteologia da Libertação, etc.

 

Há todo um caminho percorrido até se chegar na TdL de fato. 

 

Ela é herdeira da pedagogia e da prática libertadora de Jesus de Nazaré, principalmente em sua radical e evangélica opção pelos pobres. Se quisermos ir mais fundo: ela é fruto da misericórdia divina em ver, ouvir e descer para salvar o seu povo, como bem diz o Êxodo 3 e os Evangelhos. Esta é a grande verdade.

 

Ela nunca foi marxista, como pregam alguns setores reacionários dentro da Igreja. O próprio Karl Marx nunca foi marxista!

 

Afirma-se que a TdL se baseia ou se inspira no marxismo. Algumas páginas nas redes sociais divulgam artigos sobre a TdL e fotos de seus teólogos e teólogas em montagens com figuras de Marx, de Che Guevara e com diabos medievais. Dizem que a TdL propugna a luta de classes e a legitimidade da violência e do declínio da Igreja nas últimas décadas. Algumas páginas sem respeito algum pela história desses seres humanos, extrapolam, chamando-os de hereges, de excomungados, de deturpadores da sã doutrina. Esquecem que pensar diferente não é não amar!

 

Tudo isso é mito! Porém, é preciso afirmar que não é absolutamente o marxismo o motor, base ou inspiração da TdL, mas justamente a fé cristã. É o Evangelho o qualificador determinante da TdL, como deve ser o de toda a teologia da Igreja. É o Evangelho o seu coração. 

 

O marxismo é uma questão segunda e periférica. Quando assumido, o é apenas parcialmente e instrumentalmente, como fazem os papas, os bispos, os padres e muitos cientistas sociais e das religiões para analisarem a realidade em que vivem e atuam. Portanto, é a fé que assimila elementos do marxismo e não o contrário. E o faz a partir da realidade única dos pobres, transformando-os profundamente, não se tratando mais de marxismo, mas simplesmente de entendimento crítico da realidade, com serenidade e cautela evangélica.

 

O Conselho Episcopal Latino-Americano3 vendo a realidade juvenil na América Latina e Caribe, também no Brasil, diz que

 

olhar a realidade que se vive na América Latina e no Caribe, e que impregna os jovens, é uma tarefa cada vez mais complexa e que pode tornar-se injusta quando se parte de uma perspectiva unicamente de ordem social, econômica, cultural, religiosa ou política, e não de sua integralidade. Ao mesmo tempo, isso nos faz sentir uma grande dúvida perante um futuro incerto e diante de uma nova sociedade que vive distanciada de Deus. Somos convidados, portanto, a voltar nossos olhos para Jesus, que é Mestre, que sempre está a caminho; Ele não espera que o povo vá a seu encontro, mas vai até seu povo; convida-nos a assumir sua pedagogia e metodologia, partindo da vida mesma, com uma clara visão dos acontecimentos que se vão gestando e com o compromisso evangelizador em relação a esses.

 

É preciso um processo metodológico capaz de envolver no saber, no fazer e no ser cristão. Adaptado a este mundo pluralista. Sem o rosto jovem a Igreja se apresentaria desfigurada! 

 

A TdL acredita e afirma o lugar central de Jesus de Nazaré e não substitui Jesus de Nazaré pelos pobres, mesmo Este sendo pobre.  Ela destaca o lugar que ocupam os pobres na revelação cristã, mas não os coloca no lugar de Jesus. Ela entende que os pobres não são dispensáveis. Não se pode ser cristão sem acolher a mensagem que vem dos pobres, que é a mesma proclamada pelo Segundo Testamento. Ela ensina que quem pode dizer “Jesus é Senhor” com sinceridade, como expressão de toda a sua vida, são os pobres. Daí o lugar central dos pobres, que não afeta em nada o lugar central de Jesus de Nazaré, pelo contrário, o confirma. 

 

Por detrás da TdL existe a opção profética e solidária com a vida. Os/as jovens enquanto categoria sociocultural realiza a construção de pontes para o entendimento de diversas características das realidades em que estão inseridas. O papa Francisco4 alerta: “A juventude é a janela pela qual o futuro entra no mundo”.

 

A vida dos/as jovens latino-americanos/as e caribenhos/as continua inquieta e inquietante, necessitando de respeito, diálogo e encontro. Os/as jovens são aceitos/as como fenômeno emergente, porém, não se sabe como trabalhar com eles/elas. Já passou da hora de sair dos esquemas já estabelecidos e obsoletos; é preciso adequar o discurso e a prática aos seus tempos e ritmos. É ter abertura de coração para acolhê-los/as e levá-los/as a sério, para que com suas próprias pernas possam caminhar livres e cumprir o que pede o papa Francisco: 

 

Prefiro uma Igreja acidentada, ferida e enlameada por ter saído pelas estradas, a uma Igreja enferma pelo fechamento e pela comodidade de se agarrar às próprias seguranças. Não quero uma Igreja preocupada em ser o centro, e que acaba presa num emaranhado de obsessões e procedimentos5.

 

E que possamos cantar mais uma vez:

 

Queremos ser jovens, libertos, doados, 

na causa da vida e do amor empenhados, 

abertos, conscientes, bem esclarecidos,

juntar nossas mãos, caminhar mais unidos. 

 

Os jovens, teus irmãos, Jesus Senhor,

tem fome de justiça e de amor! 

Sustenta sua luta, seu vigor 

na força de teu pão libertador!

 

Em nossa família, na comunidade,

queremos ser luz para a sociedade,

formando Igreja, formando teu povo

na fraternidade, na busca do novo.

 

Estamos dispostos – que Deus nos ajude – 

a abrirmos espaço para a juventude.

Que jovem algum seja, pois, excluído

de participar, de também ser ouvido!

 

Nas leis da Nação, no trabalho e estudo,

comunicação, arte, esporte...em tudo,

que, sem leviandades, engano ou violência

respeite-se o jovem e sua consciência!

 

Os jovens são teus! Dá-lhes força e ternura!

Sustenta teu povo na luta tão dura!

E juntos andemos, em fraternidade,

sejamos irmãos, não importa a idade!

 

Se somos felizes, no amor repartido,

daremos apoio ao mais pobre e sofrido;

nas lutas da vida, com Deus cantaremos,

aos outros unidos, com Deus venceremos6.

 

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Citas

 

1 SÍNODO DOS BISPOS. Os Jovens, a Fé e o Discernimento Vocacional – documento preparatório com questionário anexo, com carta do Papa Francisco aos jovens. São Paulo: Paulinas, 2017, p. 18.

 

2 CNBB. Evangelização da Juventude – desafios e perspectivas pastorais. São Paulo: Paulinas, 2007, p. 23.

 

3 CELAM. Civilização do Amor – Projeto e Missão: orientação para uma Pastoral Juvenil Latino-americana. Brasília: Edições CNBB, 2013.

 

4 FRANCISCO. Palavras do Papa Francisco no Brasil. São Paulo: Paulinas, 2013, p. 18.

 

5 FRANCISCO. Evangelii Gaudium – A Alegria do Evangelho: sobre o anúncio do Evangelho no mundo atual. 5. ed. São Paulo: Paulus/Loyola, 2015, p. 37.

 

6 CNBB. Campanha da Fraternidade 1992 – Juventude Caminho Aberto. São Paulo: Salesiana Dom Bosco, 1991, p. 124.

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