25 de Octubre de 2017
[Por: Juan Manuel Hurtado López]
“Escoge, pues, la vida para que vivas tú y tu descendencia,
amando a Yavé, escuchando su voz, uniéndote a él.
En esto está tu vida y la duración de tus días, mientras habites en la tierra
que Yavé juró dar a tus padres, Abraham, Isaac y Jabob” (Dt 30,19b-30).
El día 19 de octubre se reunieron en Oventic, comunidad del Municipio de San Andrés Larráinzar, Chiapas, México, miles de indígenas provenientes de un buen número de los pueblos indígenas de este país. Su objetivo era arrancar el movimiento que impulsa el Congreso Nacional Indígena (CNI), apoyado por el EZLN para proponer una candidata independiente a la presidencia de la República para 2018.
Antes de llegar a este punto se siguió un proceso de consulta a los 65 pueblos originarios de México sobre la propuesta de una candidata independiente a la Presidencia de la República, se tomaron acuerdos, se formularon principios éticos y se diseñó la modalidad de la campaña. En un Congreso Nacional Indígena eligieron a María de Jesús Patricio Martínez, indígena nahua de Tuxpan, Jalisco, como candidata independiente.
Antes de llegar al Caracol de Oventic, la candidata y sus concejales y concejalas recorrieron los cinco caracoles zapatistas.
A diferencia de los partidos políticos tradicionales, la candidata Mary Chuy, como se la conoce, no aceptó del Instituto Nacional Electoral (INE) ningún dinero para hacer su campaña y fue acompañada por sus Concejales y Concejalas. Pero además, ella representa la voz de todos los pueblos indígenas de México representados en el CNI. Para esto los pueblos indígenas nombraron a sus Concejales que integran el Concejo Indígena de Gobierno (CIG) de México. Mary Chuy no propone por su cuenta lo que ella piensa, sino que lleva la voz colectiva de los pueblos indígenas y sus propuestas.
Por lo pronto en Oventic estuvieron todos sus concejales de los diferentes pueblos originarios: 141, miles de indígenas, bases zapatistas y varios de los comandantes y comandantas del EZLN. Quienes tomaron la palabra fueron casi en su totalidad mujeres.
En la historia reciente de este país sólo hubo una mujer como candidata a la Presidencia de la Republica. En esta ocasión resalta el hecho de que la candidata sea una mujer, indígena, candidata independiente y no de un partido político, y que sea vocera del CIG y de los pueblos indígenas de México.
La propuesta es rescatar a México de tanta rapiña por parte de los sucesivos gobiernos, de tanta desigualdad, injusticia y violencia, de tanta agresión, saqueo y deterioro de nuestra madre tierra, de tanto entregar los recursos no renovables a las trasnacionales.
Para esto pusieron siete principios éticos: “servir y no servirse, obedecer y no mandar, bajar y no subir, proponer y no imponer, representar y no suplantar, convencer y no vencer, construir y no destruir”. En su intervención, Mary Chuy subrayó que es el tiempo de la mujer, es el tiempo de los pueblos originarios, es el tiempo de levantar la voz. Algo nuevo está naciendo, dijo en su intervención. Afirmó que no hay que temerle a nada en la lucha por la dignidad de los pueblos. Hay que luchar contra este sistema capitalista, racista, patriarcal, machista. “Estamos en pie de lucha, dijo. Queremos hermanarnos con todos los hombres y mujeres que, al reconocernos, reconocen su propia raíz”.
En los pocos días que lleva esta propuesta, ya ha recibido muchas adhesiones de colectivos, intelectuales, sociedad civil y personas críticas al sistema de impunidad que se padece en México y que ha costado en los últimos años más de 100 mil asesinatos, 30 mil desparecidos, además de los incontables daños a la madre tierra.
Lo que puede suceder
En la actualidad, salvo contadas excepciones, prácticamente ningún gobierno o partido político tiene credibilidad en México. Es tanto el descuido del pueblo por parte de las autoridades de gobierno, que el pueblo ya está harto de mentiras. Esto se mostró claramente en los días del terremoto. Mientras la sociedad civil trabajaba solidariamente por rescatar vidas de los escombros y llevar ayuda a los damnificados, el gobierno era denostado y corrido cuando se hacía presente.
Además, la forma de realizar las campañas de los partidos políticos para obtener el voto es asombrosamente indignante. Prácticamente quieren comprar los votos regalando playeras, cachuchas, sartenes, paraguas, cubetas. Es casi de dar risa, pero lo que da es rabia e indignación.
En esta situación, puede suceder que una propuesta fresca, digna, honesta, hecha con otros métodos y estilo, no tratando de engañar a la gente con regalos, hablando de los problemas reales que sí lastiman al país como la violencia, la injusticia, la desigualdad, la discriminación a las mujeres, el abuso y maltrato de nuestra madre tierra, la corrupción de las clases políticas, etc., una propuesta así, decimos, pueda encontrar oídos y lugar en el corazón de muchos mexicanos y mexicanas honestos que quieran un cambio de país.
Pero también puede suceder, que las clases ricas que gozan de impunidad y comodidad, se lancen con todo desprestigiando este movimiento que tiene como vocera a una mujer indígena, calumnien y mientan como están acostumbrados, haciendo uso de los medios de comunicación que están al servicio del sistema y del dinero. Con todo, la voz de los indígenas continuará.
Con los ojos de Dios
Para sorpresa nuestra, en la historia de nuestra fe narrada en las Sagradas Escrituras aparece claro que Dios lleva adelante su plan de salvación por caminos muchas veces incomprensibles y hasta contradictorios para nuestra razón humana.
Desde Abraham, anciano ya y sin descendencia y elegido para ser padre de un gran pueblo, pasando por Moisés para ser el líder que libere a su pueblo de la cautividad en Egipto con el auxilio de Dios, los profetas, los jueces –algunos de los cuales como Gedeón, con un puñado de gente derrotaron a sus enemigos–, Judit, Esther y tantos otros, hasta la Encarnación del Hijo de Dios en el vientre de María, Dios ha escogido a lo débil de este mundo para confundir a lo fuerte, Dios ha escogido a lo humilde de este mundo para confundir a los soberbios, Dios está parcialmente del lado del pobre y lleva adelante su plan.
Decía Mons. Romero: “¿cómo sabemos que estamos cerca de Dios? ¿Cómo sabemos si tenemos espiritualidad? Sólo si estamos cerca de los pobres”. Esta es la constatación de nuestra verdadera fe. Y ésta es una razón teológica: Mateo 25.
Por esta razón la voz de los indígenas y la voz de la mujer que vienen desde la resistencia y de la rebeldía, es algo que debemos atender con responsabilidad desde nuestra fe. Algo nos quiere decir Dios en este movimiento que se ha suscitado en el México que vive entre la resistencia del pueblo y la esperanza.
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