[Por: Socorro Martínez, rscj | Articulación continental de las CEB]

Cuando apenas estabámos saliendo de la serie de huracanes, inundaciones llegó el sismo del 7 de septiembre a Oaxaca y Chiapas.  

Yo viví en el Istmo de Tehuantepec, Oax y me impactó saber sobre todo la situación de Juchitán, donde tengo amigos y amigas, así como en otras poblaciones. Todavía ni siquiera alcanzo a saber si todos están bien, aunque deseo que así sea.  

Quizás en las noticias han visto lo de que Toledo, que es un pintor juchiteco, está haciendo por su pueblo y gente. Para mí él simboliza lo que es el alma de esa cultura.  Bueno, pero quizás me esté desviando… 

El 19 de septiembre

Todavía no saliamos del estupor de ese sismo, que, en la Ciudad de México si bien lo sentimos, no tuvo consecuencias, y pensé: ¡la libramos! porque un sismo en esta mega ciudad siempre da susto. Además la referencia era el terremoto del 19 de septiembre de 1985 que fue de miles de muertos y daños terroríficos. Lo hayas o no vivido se tiene presente. Y 32 años después llegó de nuevo.

El 19 pasado salimos a Puebla dos laicas y yo, porque estamos por abrir una nueva comunidad allá, cuando sentí muy raro el carro pero lo único que se me ocurrió pensar es que podía ser una llanta, aunque el movimiento era diferente. Me orillé y ahí me dí cuenta que aunque estaba parado el carro seguía en movimiento.  ¡Está temblando! Y nos bajamos del carro y vimos salir a la gente y derrumbarse una casa. Estábamos entre Morelos y Puebla.  ¡Justo los dos estados donde fueron los epicentros!

Al principio el radio no transmitía nada y luego empezaron las noticias… imprecisiones, asombro, poco a poco hubo más noticias.  Les aseguro que estos pasados tres días hemos estado sumergidas en muy diversas emociones quedando claro que nuestro país está muy averiado.  Ya lo estaba porque entre corrupción, narcotráfico, el vecino del norte, etc., etc. Y ahora con todo esto y la zozobra de todo y de las réplicas. 

La juventud con lo mejor de sí misma 

Y la solidaridad maravillosa que nos habla de que a pesar de todo hay capacidad de generosidad, de ver por el otro, de sacrificio… y ahí la juventud con lo mejor de sí misma.  Y luego vendrán meses y años para aceptar las ausencias, para reconstruir la paz interna, las miles de viviendas dañadas, escuelas, hospitales, iglesias… mucho patrimonio cultural dañado…

Es un mundo con muchos acontecimientos. Hoy nosotros y en otros lados también, pero ciertamente algo que nos ayuda a salir adelante es la amistad, la solidaridad, y la esperanza, y ahí estamos confiando en que Dios está en medio de todo lo que se vive en este planeta y nos invita a seguir luchando pro su proyecto.

Gracias mil por su presencia solidaria en esta situación tan compleja de México.  La oficina de las CEB parece estar bien, con pequeñas averías pero el barrio es de los dañados con edificios caídos y probable demolición de varios más.  Ya les iremos contando.

Con cariño y agradecimiento.

Socorro Martínez Maqueo, rscj

Foto: LaNacion.com.ar