La fuerza de los pequeños

03 de Octubre de 2017

Este espacio tiene la intención de ser parte de un proceso donde “mucha gente pequeña en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas puede cambiar el mundo” (Eduardo Galeano), a partir de algo cuya importancia decisiva forma parte de nuestro credo: ‘la fuerza de los pequeños’.




Nuestro paisaje está habitado por múltiples rostros que llevan las marcas del dolor, la frustración y la humillación. Migrantes indefensos, indígenas ninguneados, jóvenes desocupados y sin horizonte, vecinos de barrios controlados por el crimen organizado, mujeres sometidas por la violencia de género, clasificadores de basura prematuramente envejecidos, militantes sociales traicionados por políticos corruptos, soldados y guerrilleros envueltos en guerras fratricidas, grupos manipulados por líderes religiosos sin escrúpulos… Un paisaje humano que descubrimos cada vez más entrelazado con la sobreexplotación y el envenenamiento del agua, la tierra y el aire cuyos efectos sufrimos todos cotidianamente.

 

A esta conflictiva realidad se suma la crisis en que se encuentran hoy muchos movimientos sociales, organizaciones populares y partidos políticos que durante décadas fueron capaces de ofrecer amparo, espacios de militancia y organización a grupos empujados a la marginalidad. Una crisis que ciertamente retroalimenta la desigualdad.  Pero que, además, refuerza la vulnerabilidad de los pobres ante una colonización cultural que apunta a introyectar el paradigma consumista, debilitar sus resistencias y promover su adhesión incondicional al ‘credo’ dominante: la salvación viene de los fuertes.

 

Sin embargo, cuando nos aproximamos con otra mirada a la realidad de estos hermanos sufrientes comienza a asomar, en lo que parecía un muro inexpugnable, una profunda y saludable grieta. Empezamos a escuchar un clamor omnipresente que no sólo expresa el dolor de las víctimas sino su profunda convicción de que las cosas pueden ‘ir siendo’,  de otra manera. Un clamor que rechaza la naturalización de una insoportable desigualdad, reclama la búsqueda de cauces de recíproca humanización y, sobre todo, proclama la necesidad de promover un cambio que asuma no sólo el sufrimiento sino también el protagonismo de los más pobres

 

El papa Francisco se hizo eco de este clamor en el encuentro que tuvo con los movimientos populares en Bolivia hace un par de años. Ante la acuciante pregunta “¿qué puedo hacer yo?” planteada por recicladores de basura, campesinos, pescadores, indígenas, vecinos de rancheríos populares, respondía: “Ustedes, los más humildes, los explotados, los pobres y excluidos, pueden y hacen mucho. Me atrevo a decirles que el futuro de la humanidad está, en gran medida, en sus manos, en su capacidad de organizarse y promover alternativas creativas”. Y para fundamentar semejante afirmación recogía una expresión usada por ellos: «proceso de cambio». 

 

“El cambio concebido no como algo que un día llegará porque se impuso tal o cual opción política o porque se instauró tal o cual estructura social. Dolorosamente sabemos que un cambio de estructuras que no viene acompañado de una sincera conversión de las actitudes y del corazón termina a la larga o a la corta por burocratizarse, corromperse y sucumbir. Por eso me gusta tanto la imagen del proceso, los procesos, donde la pasión por sembrar, por regar serenamente lo que otros verán florecer, remplaza la ansiedad por ocupar todos los espacios de poder disponibles y ver resultados inmediatos. La opción es por generar proceso y no por ocupar espacios”

 

Se trata de generar procesos cada vez más amplios, capaces de articular diferentes demandas y compromisos, pero que arraigan en algo tan elemental como nuestro estremecimiento ante las heridas de la humanidad doliente. Esa empatía es precisamente la que logra con-movernos, señala Francisco, es decir, la que nos lleva a buscar al otro para movernos juntos. Y tiene sus raíces en lo cotidiano, allí donde: “mucha gente pequeña en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas puede cambiar el mundo” (Eduardo Galeano).

 

 

Este espacio tiene la intención de ser parte de ese proceso sin buscar respuestas ya hechas sino a partir de algo cuya importancia decisiva forma parte de nuestro credo:  ‘la fuerza de los pequeños’.

Procesar Pago
Compartir

debugger
0
0

CONTACTO

©2017 Amerindia - Todos los derechos reservados.